Amigos y amigas,
que, al menos uno, quizá dos, quizá tres…lo sean tanto que podamos confiar y confiarles. Y si tenemos enemigos…, que no importe, es propio tener alguno, y hasta obtener beneficios por ello.
Cercanía y distancia,
mientras soñamos la fraternidad universal, importa saber a quienes me acerco, y de quienes me distancio, como estrategia imprescindible en la que importa acertar para mantener una vida saludable.
Utilidad,
para que, en momentos de noches negras, al menos las utilidades nos ayuden a esperar sin desesperación hasta que pase la noche.
Tontos,
hasta no importarnos que se aprovechen de nosotros algunas veces, siempre que esto nos haga sentirnos más fuertes, más libres, más a nuestras anchas.
La edad,
que nos permite sentirnos soberanos de nuestros años, con su flujo de dichas y desdichas, hasta sentir privilegio de hacernos mayores y viejos, si a la vez forjamos un alma que sostiene la vejez mientras nos desplazamos a través del calendario, sabiendo y sintiendo que, en la vida, todos somos interinos.
Las estrellas,
lugar tan indicado para mirarlas cuando podemos verlas,
para preguntarles por qué brillan así,
para que nos digan cuántos lugares quedan para que llegue su luz, y, aupados a sus vértices,
para acostumbrarnos a conocer el corazón de los seres humanos,
a no defender aquello que la realidad nos muestra con reiteración que es falso,
a orientarnos en nuestro extra-vío.
El grito de dolor que llega de la tierra,
que debiera estremecernos hasta quedar heridos, y asustados por el desgarro del planeta.
Compasión,
sofisticado sentimiento por el dolor de los otros, que incluye la necesaria purificación de los egoísmos que matan la compasión y la convierten en sentimentalismo inerte y autoritario.
El centro del mundo,
es allí donde vivimos: la casa: ésta es su importancia: por tan vital.
Los libros,
para seguir en ellos, porque me parecen de lo más sincero y fiable de cuanto se dice,
porque me parecen fuente de habilidades y de recursos que nos permiten circunvalar muchas de las trampas de la vida.
Post-verdad,
niebla que ha borrado las señales
por las que distinguimos lo verdadero de lo falso:
dando paso a las nadas,
a los totalitarismos,
a los delirios colectivos.
Amor,
La verdad de ser dos y no uno, que saben reconocerse en sus diferencias.
Navidades y Fiestas de Año Nuevo 2022:
Juan 8, 31-32: la verdad os hará libres.