Filosofia Para La Vida

Para empezar, filosofía para la vida

En el canto XII de la Odisea, Circe acosenja a Ulises sobre su peligroso viaje a Ítaca:

73 “Al lado opuesto hay dos escollos. El uno alcanza al anchuroso cielo con su pico agudo, coronado por el pardo nubarrón que jamás le abandona; de suerte que la cima no aparece despejada nunca, ni siquiera en verano, ni en otoño. Ningún hombre mortal, aunque tuviese veinte manos é igual número de pies, podría subir al tal escollo ni bajar del mismo, pues la roca es tan lisa que parece pulimentada. En medio del escollo hay un antro sombrío que mira al ocaso, hacia el Érebo, y á él enderezaréis el rumbo de la cóncava nave, preclaro Ulises. Ni un hombre joven, que disparara el arco desde la cóncava nave, podría llegar con sus tiros á la profunda cueva. Allí mora Escila, que aúlla terriblemente, con voz semejante á la de una perra recién nacida, y es un monstruo perverso á quien nadie se alegrará de ver, aunque fuese un dios el que con ella se encontrase. Tiene doce pies, todos deformes, y seis cuellos larguísimos, cada cual con una horrible cabeza en cuya boca hay tres filas de abundantes y apretados dientes, llenos de negra muerte. Está sumida hasta la mitad del cuerpo en la honda gruta, saca las cabezas fuera de aquel horrendo báratro y, registrando alrededor del escollo, pesca delfines, perros de mar, y también, si puede cogerlo, alguno de los monstruos mayores que cría en cantidad inmensa la ruidosa Anfitrite. Por allí jamás pasó una embarcación cuyos marineros pudieran gloriarse de haber escapado indemnes; pues Escila les arrebata con sus cabezas sendos hombres de la nave de azulada proa.”

101 “El otro escollo es más bajo y lo verás, Ulises, cerca del primero; pues hállase á tiro de flecha. Hay allí un cabrahigo grande y frondoso, y á su pie la divinal Caribdis sorbe la turbia agua. Tres veces al día la echa afuera y otras tantas vuelve á sorberla de un modo horrible. No te encuentres allí cuando la sorbe, pues ni Neptuno, que sacude la tierra, podría librarte de la perdición. Debes, por el contrario, acercarte mucho al escollo de Escila y hacer que tu nave pase rápidamente; pues mejor es que eches de menos á seis compañeros que no á todos juntos.”

111 “Así se expresó; y le contesté diciendo [Ulises a Circe]: «Ea, oh diosa, háblame sinceramente: Si por algún medio lograse escapar de la funesta Caribdis, ¿podré rechazar á Escila cuando quiera dañar á mis compañeros?”

115 “Así le dije, y al punto me respondió la divina entre las diosas: «¡Oh infeliz! ¿Aún piensas en obras y trabajos bélicos, y no has de ceder ni ante los inmortales dioses? Escila no es mortal, sino una plaga imperecedera, grave, terrible, cruel é ineluctable. Contra la misma no hay defensa: huir de su lado es lo mejor. Si, armándote, demorares junto al peñasco, temo que se lanzará otra vez y te arrebatará con sus cabezas sendos varones. Debes hacer, por tanto, que tu navío pase ligero é invocar, dando gritos, á Crateis, madre de Escila, que les parió tal plaga á los mortales; y ésta la contendrá, para que no os acometa nuevamente.

154 “¡Oh amigos! [Ulises a su tripulación] No conviene que sean únicamente uno ó dos quienes conozcan los vaticinios que me reveló Circe, la divina entre las diosas; y os los voy á referir para que, sabedores de los mismos, ó muramos ó nos salvemos, librándonos de la muerte y del destino (…)”

  1. ¿Qué efecto tenían relatos como estos para los antiguos griegos?
  2. ¿Cómo estos pueblos diversos y multiformes podían compartir narraciones que imaginaban el origen de las cosas, que enseñaban a vivir o que vislumbraban el futuro?
  3. ¿Qué inspiradoras ideas para la existencia podríamos aprehender si ya no tenemos diosas como Circe que nos revelen la verdad de los peligros y sacrificios que nos aguardan en el camino?

A la primera pregunta:

Paideia, un enraizamiento cultural común, una fraternidad extendida, una igualdad radical ante la bella tragedia de la vida humana, de toda vida humana sin importar país, tradiciones, contradicciones… Fuerza creadora de verdades, incluso en conflicto, de formas de poder, de relaciones personales. Verdades reveladas y de la experiencia cotidiana ponen en escena las relaciones de poder, por ejemplo, de Ulises con los dioses o de éste con sus compañeros; todos han de saber, y comparten el destino, aunque no todos tendrán la misma suerte.

A la segunda pregunta:

Crítica como virtud, como fuerza creativa que interpreta desde las situaciones concretas de cada cual una magistral partitura. La tradición que recoge Homero representa una composición musical o poética más que una razón dogmática; en estos diversos pueblos hay una fuerza capaz de trascender las circunstancias adversas sin falsas expectativas y con ficciones posibilitantes.

A la tercera pregunta:

El drama de la carne y el espíritu sigue siendo para nosotros tan acuciante como para los griegos. Ellos aceptan la muerte, la enfermedad y el sufrimiento como contraparte esencial de la vida; nosotros lo hemos olvidado.

Ellos entienden el relato como parte de la vida desde el que existir; nosotros vivimos con ajenidad los relatos a los que nuestra voluntad tiene que adherirse debatiéndose en soledad entre lo racional y el deseo.

Sin necesidad de recordar las Escilas y los Caribdis que nos aguardan, sin confiar en Circes que nos aconsejen sobre cómo tomar el camino del riesgo con pérdidas y ganancias, evitando la muerte, sin Ulises legitimado para fiarnos de su liderazgo; creemos un espacio común, una Paideia crítica y no dogmática, valiente para aceptar la existencia en plenitud, fuerte para forjar un sujeto político humano, y fértil para imaginar un futuro compartido.

Esto será filosofía para la vida.

José Emilio Batista Barrios

Artículo escrito por José Emilio Batista Barrios, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.