Textos Casuales

Hackesche Höfe

Solo si uno acierta a perderse en esta ciudad de Berlín se encontrará con los patios interiores de Hackesche Höfe.

Pero claro, saber perderse en una ciudad tan extensa es como abandonarse a la suerte, al improbable azar de caer en ellos sin darte cuenta. Por lo tanto, es mejor llevar alguna previsión acerca de algunas cosas, nosotros la llevábamos acerca de “Die Hackesche Höfe”, y viajamos con el propósito firme de que  llegaríamos hasta allí, y así fue, estuvimos una primera vez más breve, y, ya familiarizados, una segunda más pausada.

La cosa va de “patios”, de patios interiores, pues höfe lo traduce el diccionario en una de sus acepciones por patio. Y “Hackesche” debe ser algún señor famoso de Berlin, pues he visto que también existen los “Rosenhöfe”, los Heckmann Höfe…  en donde el señor Rose, o el señor Heckmann o el señor Hacke  tenían patios o vivían en estos patios a los que dieron nombre porque tuvieron algún tipo de fama.

Por situarlos en el mapa de la ciudad, se ubican en el Mitte berlinés (centro de la ciudad), entre las calles Rosenthale y Sophienstrabe, o, eligiendo referencias mayores, entre la Alexanderplatz y La Isla de los Museos, o, tomando una referencia inmediata, la plaza de Hackeschen Markt. Allí mismo, en frente de la plaza del mercado,

se encuentra un edificio de extrema belleza,

que a la altura del tercer piso lleva el nombre de los patios más espléndidos y extensos de Berlín.

Fue una idea de algunos arquitectos a principios del siglo XX. Quisieron construir espacios sociales incomunicados con el exterior y comunicados por dentro,

una especie de extrañamiento con la Gran Ciudad que empezaba a resultar agobiante e insoportable (esta situación la documentó como nadie Rilke en Los apuntes de Malte Lauridss Brigge),

y un intento romántico de crear una burbuja de vecindad donde sus habitantes, además de su casa, encontrasen tiendas, lugares de recreo o, incluso, los talleres para acudir a trabajar.

Hoy día es un lugar turístico de primera magnitud. El espacio de casi tres hectáreas está cuidadosamente rehabilitado:

son “patios interiores”, pero que nada tienen que ver con el concepto de patio interior a donde dan algunas de las habitaciones de nuestras casas urbanas;

son patios interiores, pero tampoco tienen nada que ver con el patio rectangular a cielo abierto a donde miran las hileras de viviendas de algunas de nuestras urbanizaciones;

son patios interiores, pero a donde puedes salir de casa para ir al teatro, a descansar en una terraza, a beber una cerveza en el bar, o de compras…, sin salir de la interioridad del patio, y, mientras,

disfrutar de “las vistas”,

de las paredes con jardines vegetales,

de los rincones “abiertos” que configuran paredes asimétricas,

de los pequeños jardines de suelo,

 del intenso cielo azul que no necesita colarse porque cabe, pues estos espacios no se parecen en nada a pasillos o tubos de la pequeña terraza de una cafetería o un restaurante, del escaparate de una tienda, del murmullo humano, en fin, totalmente ajeno al ruido del coche. En uno de sus bares nos tomamos una cerveza, pues ¿cómo no hacer una pausa si el nombre del local se exhibía con letras grandes, una a una, O X Y M O R O N?, seguramente para llamar la atención de manera intelectual acerca del silencio atronador que el local ofrecía además de las cervezas y de otras cosas,

¿cómo no hacer una pausa, repito, para…escuchar el silencio sonoro de una mañana en el centro de Berlín?

No se me ocurriría llamar “barrio” a estos patios: son centro de la ciudad para vivir de otra manera.

Mezcla un poco enigmática de algo que funciona a la vez como público y como privado, y en donde los grupos de turistas todavía son escasos (cuando estuvimos allí hace diez años), y quizá lo sigan siendo, me parece, pues se trata de una monumentalidad que no cuadra con las implosiones turísticas actuales.

Estar allí fue para nosotros uno de los ratos más gratos y más reconfortantes de nuestro paso por Berlín.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.