Textos Casuales

El Acontecimiento de la vacuna

Me acompañó todo el día una sensación de seguridad y de alegría por algo tan poco sorprendente como un pinchazo en la enfermería del ambulatorio cercano a casa.

He vivido esta visita al Centro de salud como un Acontecimiento, hasta vino precedido de una noche inquieta, esperando el amanecer, las nueve de la mañana que era la hora prevista,

espera en la que no predominaron ni agobios ni cautelas, sino gozo y gratitud,

gratitud como emoción prevalente,

a tantas personas (científicos, políticos, ciudadanos de base) que con su talento, trabajo y contribución han hecho posible el Acontecimiento de la vacuna, 

después de este año de pandemia por el virus SARS-CoV-2, que a mí se me ha representado como el reflejo en un espejo del mundo en el que estábamos.

El Acontecimiento de la pandemia llegó sigilosamente hace un años y meses,

no tuvimos ninguna gana de ver su Gran Amenaza,

y cuando empezamos a sentirla…

dedicamos mucha energía a defendernos.

Mirad, Mirad cómo lo hicimos:

devaluamos el Acontecimiento a “caso”: algo ciertamente grave, pero que ocurría allí, en tierras de China, sin posibilidad de saltar a otras partes del mundo…

después devaluamos el Acontecimiento a “anomalía”: algo que ha llegado, pero no grave, una excepción que no alterará nuestras costumbres de buena vida…

finalmente, devaluamos el Acontecimiento a “suceso”: algo grave sin duda, pero…sin capacidad de paralizar nuestra vida, y así hemos ido empeñando energías en “salvar” nuestra economía y nuestras juergas, incluso ahora mismo no terminamos de ser coherentes con lo escrito en las entrañas del Acontecimiento.

Así, pues, 

hemos habilitado al virus SARS-CoV-2 el mejor escenario para expandirse en sucesivas oleadas, produciendo secuelas de desolación, enfermedad y muerte en el mientras tanto,

y en el después, unas consecuencias sobre los contagiados y sobre quienes lograron no contagiarse difíciles de valorar, pero que tendrán perfiles traumáticos, muchas veces de carácter indeleble, pues así son las consecuencias de Los Acontecimientos, momentos cruciales en las vidas de las personas y en la vida de las sociedades. 

Decía que he vivido la vacuna como un Acontecimiento de salvación: 

la vacuna nos salva,

pero sin efectos retroactivos, todo lo que pasó, pasó ya, y muchos, muchísimos, no pueden contarlo o no pueden olvidarlo,

la vacuna nos salva,

pero no necesariamente de los efectos en el presente, ni de lo que falten por pasar cuando ya no queden enfermos,

la vacuna nos salva,

pero no proporciona per se aprendizaje sobre lo Acontecido:

  • Quizá la mascarilla se quede (debería enseñarnos que hasta respirar tiene consecuencias más allá de la individualidad),
  • Quizá se instale definitivamente la comunicación digital y retroceda bestialmente las comunicaciones presenciales (con todo lo que puede implicar de frialdad y precariedad existencial),
  • Quizá el ideal de sobrevivir se imponga al ideal de vivir (qué soberana desgracia),
  • Quizá lo paguen nuestras neuronas intensificando patologías contra la salud mental (que tanto se ven ya, y en tantos porcentajes de incremento).

Ojalá la experiencia de la pandemia ayude a hacer inflexión y a orientar la vida individual y social de otra manera:

no solo “reflejando”, sino “reflexionando”,

no solo desde la queja perpetua, sino respondiendo

frente a la cicatriz de nuevas y renovadas desigualdades,

expresando preguntas vitales para nuestro modo de vivir.

La vacuna nos salva, he dicho:

si no fuera por los años que quedan de pandemia en el mundo,si no fuera por los muchos del mundo que quedan por morir a causa de esto que llamamos  SARS-CoV-2.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.