Dietario Desde Mi Jardin

Dietario desde mi jardín - Hibisco

4 de noviembre,

viernes

Una madre y una hija.-

Leo en la prensa que una madre ha asesinado presuntamente a
su hija de seis años al perder la patria potestad en favor del padre.
Algo me dice que me haga eco de este suceso.
La violencia de genero (en este caso, violencia vicaria) la ha ejercido una mujer contra un hombre, padre de la hija común, con tres víctimas directas. Y una indirecta: la sociedad.
Debe informarse de esta violencia ejercida por mujeres, y
contabilizarse, aunque sea muy minoritaria, con la misma
amplitud y rigor que si el violento de género fuera un hombre, sin dar cobijo a censuras ideológicas.
Hablo en calidad de concernido, aunque bien sé que mi opinión es criticada, muchas veces ya. Quién sabe, pueden tener razón…

5 de noviembre,

sábado

Cómo vivir.-

Mi caso fue seguir viviendo en el mismo sitio sin por ello
sentirme atrapado o estancado,
más bien al contrario,
intentando, con perseverancia y con imaginación, obtener de
esta circunstancia lo que necesitaba y deseaba,
viviendo en la propia casa,
en la misma ciudad casi toda la vida,
en el propio Seminario donde estuve, interno, durante nueve
años (de los once a los veinte).
Personas a las que admiro
quisieron irse de los sitios en los que estaban,
y vivieron de ciudad en ciudad y de domicilio en domicilio, sin por ello haberse encontrados perdidos, sino al revés,
encontrados. Uno de ellos fue Rilke, nómada y viajero
infatigable, incluso en su propia habitación.

Otras se quedaron en el mismo lugar,
o, alternativamente, se llevaban “su” lugar al lugar en donde se aposentaban. Emily Dickinson no salió de Amherst; James Joice estuvo varios años en Zúrich en donde escribió la mayor parte de Ulises, que terminó en París, pero, estuviera donde estuviera, siempre estaba en Dublín aunque, en realidad, la mayor parte de
su tiempo adulto no viviese en la ciudad donde nació, pues fue un gran viajero.
Y todos cuantos quisieron huir y solo alguna vez lo consiguieron. Antón Chéjov podría ser uno de ellos, quien se sentía atado de pies y manos a sus deberes familiares. Lo consiguió. Después de un viaje de ochenta y dos días, llegó a la isla de Sajalín, en aguas del Pacífico, al final de Rusia, y muy cerca del norte de Japón.
En fin, ya en la actualidad, todos aquellos que, lentamente, pero a más, escapan de las ciudades devoradoras de personas hacia la España despoblada y vaciada, en busca de lugares más personales, más cálidos desde el punto de vista humano y
ambiental, con el viento a favor de poder trabajar a distancia y poder prescindir diariamente del coche.
Para quienes se van y para quienes se quedan…
las estaciones se suceden y se dejan ver…, y todos podemos
observar (¡!!ojalá!!!) que los veranos se están comiendo trozos cada vez más grandes de las primaveras y de los otoños.

6 de noviembre,

domingo

La flor del Hibisco.-

Hoy me acompaño del Hibisco,
pues muy cerca,
a pocos metros de casa,
en la plaza que da a la calle Pelayo y a la fachada del INSS,
hay plantados cuatro arbustos de esta flor.
Paso por esta plaza a diario y, por ello, tengo la oportunidad de ver, casi a diario, y complacerme, con la hermosa flor del hibisco, gran parte del año reluciente, por lo resistente que es al calor y al frío…

7 de noviembre,

lunes

La falta de tiempo.-

Si nos falta tiempo, nos faltamos nosotros: nos faltarán las risas, no nos saltarán las lágrimas.
Y pensar que la falta de tiempo es una de las principales fuentes de prestigio que utilizamos las personas, hasta aparentarla, frecuentemente, como la mejor estrategia para conseguirla.
En una ocasión, hace ya muchos años, a uno con quien
conversaba le contesté seguramente de manera inconveniente:
“si es verdad que te falta tiempo, es verdad que te faltas tú”.
Tuve que pedir perdón por la ofensa que mi interlocutor percibió y, confieso, que no he repetido la situación…hasta hoy, que lo vuelvo a afirmar, con las mismas ganas, pero sin decírselo a nadie en particular…

8 de noviembre,

martes

Martes ¡ay, ay, ay!.-

Un amable lector me informa que, en la semana anterior,
apareció la palabra hexámetro de esta manera: “exámetro”.
Se lo agradecí inmediatamente.
Aunque el amable lector me añade que es un detalle menor, yo, tratándose de lo que se trata, esa maravilla de sonoridad y ritmo que inventaron los griegos y latinos clásicos, lo interpreto como un detalle mayor. Por ello, reproduzco íntegro el apartado, que bien lo merecen Virgilio, Borges y todos vosotros.

1 de noviembre, martes.

Cipreses en el hexámetro

Quantum lenta solent inter viburna cupressi
Sirva este hexámetro de la primera Égloga de Virgilio para cantar,
“demorados y con la voz baja,
las lentas filas de panteones,
cuya retórica de sombra y de mármol
promete o prefigura la deseable
dignidad de haber muerto”. (Borges, La Recoleta, Fervor de
Buenos Aires).
Cuánto sobresalen los cipreses entre los flexibles cañaverales, en un lugar en donde todos sus misteriosos habitantes tanto lo facilitan.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.