10 de febrero, viernes
Lo irreversible.-
Casa mal “Ir a tientas” a la vez que damos pasos irreversibles.
Pienso en lo que es “ir a tientas por la vida” mientras veo una imagen de cualquiera de los ciegos de la ONCE que me encuentro por la calle, imagen nítida de los peligros que acechan.
Puede que vivir sea como “ir a tientas”, incluso en las decisiones irreversibles que ya no dejan volver a nuestro estado anterior, o que solo con mucha dificultad podemos recuperar las condiciones anteriores.
A veces, lo irreversible aparece de manera más o menos súbita, pero lo más frecuente es que llegue a través de pasos diarios y pequeños que, sumados y sumados, alcanzan el punto crítico sin que nos demos cuenta,
lo que es peor que ir a tientas,
pues el ciego es consciente de su limitación y toma sus precauciones.
A veces es la creencia, religiosa o laica, la que nos determina hacia “lo Irreversible”.
Buscando una base sólida para fundar el optimismo viajo hacia atrás, hasta la Metafísica de Aristóteles, que la inicia así: “el hombre por naturaleza busca la lucidez”.
Mientras buscamos denodadamente la luz…, tenemos derecho y deber a ser prudentes, pero, también, a equivocarnos, incluso en las cosas irreversibles.
Quiero detenerme, una vez más, en la irreversibilidad más elemental,
el paso del tiempo,
y recordar el último verso de una de las Odas de Horacio:
“Goza el día y no jures que otro igual vendrá después” (carpe diem, quam minimum crédula postero)
11 de febrero, sábado
El terremoto de las bombas.-
¿Cómo es posible, me pregunto, que, después de lo que hemos visto tras el Gran Terremoto en Turquía y Siria, sus Presidentes, Vladimir Putin y Bachar el Asad sigan bombardeando, al día siguiente, zonas de Ucrania y de Siria para crear la misma destrucción y la misma catástrofe humana?
12 de febrero, domingo
Elegías de Duino.-
Os confidenciaré lo mucho que me hubiera gustado haber escrito un libro que se titulase
“Elegías de Duino, de Rainer Maria Rilke”,
traducido directamente por mí desde el alemán original.
Me hubiera gustado haber sido capaz de iniciarlo con un Prólogo Extenso que diese cuenta del significado y la envergadura de la obra, tan breve como monumental, y tan adecuada para nuestra actualidad, y poder recuperar la celebración de la vida y de la muerte, y escribirlo, precisamente, para publicarlo en este 2023 recién estrenado, justo cien años después de la publicación de las Elegías, y muy cerca ya del centenario de la muerte de Rilke el 29 de diciembre de 1.926. Cien años casi, y me sigue pareciendo que Rilke es el poeta por excelencia de nuestro tiempo.
Ya puestos a desear, hubiera seleccionado y añadidido los poemas que tienen como tema las cuestiones exploradas en las Elegías, incluso los pasajes de Los Cuadernos de Malte Laurids Brigge en todos aquellos motivos que prefiguran las Elegías.
Igualmente, hubiera escogido una selección de las cartas que Rilke escribió entre 1912 y 1922, década esta que duró la gestación de las Elegías, que hubieran añadido mucha biografía significativa para acercarnos a la comprensión de las Elegías.
Y algún capricho, como incluir un facsímil de alguna de las diez Elegías.
Pues bien, todo eso que me hubiera gustado…
¡!!lo tengo delante de mí!!!,
recién terminado,
y recién editado por Lumen en traducción de Adan Kovacsics y Andreu Jaume,
en enero de este mismo año,
de modo que hoy ha resultado un día muy sobresaltado para mí. Y muy gozoso. Pues estas “cosas” son posibles porque vivimos en sociedad, y entre los otros…hay muchos que trabajan para mí…a cambio de nada.
13 de febrero, lunes
Narciso.-
Una pauta de comportamiento ejemplar es: “trata a los demás como quieres que te traten a ti”.
Me parece inaudito la vigencia de esta pauta,
en un tiempo en el que, parece, que tanto se valora la empatía
(que consiste en olvidarte de ti y prestar atención a descubrir cómo quiere ser tratado tu prójimo).
Todavía me encuentro con gente que cree, y que te viene a decir, que no eres buen lector si no has leído o no vas leer el libro que esa persona está leyendo.
14 de febrero, martes
Atrapados.-
Me parece que estamos “atrapados”.
Me lo parece cuando escucho que el sueldo del Presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) es de 400.000 euros al año y, a la vez, leo que protesta por la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 1.080 euros. Es decir, el Presidente cobra 370 veces más que los perceptores del SMI, pese a que esta organización de empresarios está financiada en un 70% con subvenciones del Estado.
Desisto poner más ejemplos que me dejan “multi atrapado”, porque…”ab uno disce omnes” (Virgilio, en La Eneida).
Salgo a la calle,
me veo desorientado,
no sé qué camino tomar para seguir adelante,
nada me indica una dirección conveniente…
¿Es que acaso hay que volver a comportamientos de “conquista” para hacer posible lo simplemente bueno? ¿Es que acaso “lo bueno” es imposible y hay que cogerlo a la fuerza?
Sí, “atrapados”, presos sin que nadie nos haya metido en la cárcel: malabarismos de este capitalismo extremo que ha logrado adueñarse de las palabras.