Dietario Desde Mi Jardin

Dietario desde mi jardín - Cedros

8 de septiembre, viernes

El ratoncito Pompón.-

Un ratoncito había entrado en casa, en la casa donde estaban pasando este mes de agosto: no estaba en el cuento, estaba entre ellos.

Se movilizaron todos,

todos eran papá y dos hijos de corta edad, un niño y una niña.

Todos coincidieron en querer protegerlo y, todos, a la vez, creyeron que había llegado a casa por equivocación, pues una casa de humanos no era lo más apropiado para vivir el ratoncito que nada tenía que ver con el de los cuentos.

Los tres desecharon pronto las trampas mortales, esas que atrapan hiriendo y matando, y decidieron comprar una jaula que, aunque fuese más cara, podría atrapar al ratón fácilmente y sin hacerle daño.

El ratoncito cayó a la primera: era muy pequeño y muy simpático; estaba asustado, pero no aterrorizado; seguramente una hembra, les apuntó papá.

La niña se lo quería quedar en casa, pero pronto comprendió, sin escándalo, que no era posible; quiso ponerle un nombre: lo llamaremos “Pompón”.

Le prepararon comida para que pasara la noche, incluido un trozo de sandía para que bebiera agua, pues las noches estaban siendo muy tórridas.

Al día siguiente, se levantaron pensando que era día de la liberación de la ratoncita.

Fueron al bosque que tenían cerca.

Eligieron un sitio en la ribera del Duero.

Le dejaron un montoncito de semillas y le abrieron la jaula.

El ratoncito salió de un salto tremeeeendo, y se ocultó en la vegetación.

Quizá pronto será atrapado por alguna ave rapaz, por un zorro,  o por una gineta, pero eso es la vida del bosque, en donde la vida y la muerte se acompañan y se necesitan, como sucede en la vida de las personas, aunque sea de distinta manera.

9 de septiembre, sábado

Interrail.-

Este mes de agosto mi nieto mayor iniciaba un viaje de quince días por Europa con un pase Interrail.

Con dos amigos, querían celebrar el fin de catorce años de colegio y el tan cercano inicio universitario. Yo le despedía con un “que os vaya bien, incluidas las sorpresas adversas”.

Las hubo, sé por lo menos de algunas.

Seguramente, un joven que va a cumplir 18 años todavía no sabe que la adversidad es una oportunidad para la virtud, y que es persona desafortunada aquella que no haya pasado por situaciones difíciles, alejado de padres u otros familiares, en las que necesariamente han tenido que resolver para arriesgar más o menos. Yo me alegré mucho cuando supe de este viaje, porque sé que cosas así facilitan el futuro, facilitan el atreverse con la dificultad, o el aprendizaje de cuándo evitar el riesgo o cuando hay que ser valiente para asumirlo.

Ya de regresó le pregunté si podía elegirme una decisión de riesgo, y me habló…

de aquel día en el que el tren los dejaba en Venezia a las diez de la noche, y el siguiente tren que les debía llevar a Génova tenía su salida a las seis de la mañana.

Pensaron que en Venezia tenían que hacer algo de turismo,

y sabían que era imprescindible dormir (ya llevaban sueño atrasado), y que lo tendrían que hacer fuera de techo…

¿pero dónde?

La oportunidad la encontraron en la plaza de San Marcos donde encontraron descuidados varios sillones de cafeterías ahora cerradas…

Pensaron que “ese” era el sitio para dormir unas horas,

mucho mejor que la estación de trenes, y, desde luego, mucho mejor que una estación de autobuses por donde merodean tantos maleantes…

10 de septiembre, domingo

La ingenuidad de la alegría.-

Siempre me imagino ingenua a la alegría, esa divina criatura que se desocupa de las cosas para ocupar solo el aire.

11 de septiembre, lunes

Javier Marías.-

Ojalá pudieras seguir apareciendo en la última página de El País Semanal, pero hace un año que ya no lo hace.

Me acuerdo de otros que se fueron en los últimos meses, Nuccio Ordine, Milan Kundera, Antonio Gala; en especial, de Helena Béjar, que escribió El Mal Samaritano que con tanto interés leí, tan joven aún, que decidió, ella misma, marcharse de la vida.

Todos me recuerdan hoy al ratoncito Pompón.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.