19 de mayo, viernes
De nuevo la buganvilla.-
Poco sabía de la Buganvilla cuando me referí a ella en este Blog, más allá de que se trataba de una flor que veo con frecuencia formando parte de la vida cotidiana, y que la siento muy hermosa.
Ahora sé que su eufónico nombre nada tiene que ver con la botánica, sino con Louis-Antoine de Bougainville que escribió el famoso libro de “Viaje alrededor del mundo” publicado en 1771, basado en su propia experiencia. Regresó del viaje con unas flores de Brasil que le había llamado poderosamente la atención por sus “poderes y encantos”. Uno de quienes le acompañaban, Philibert Commerson, llamó a esta flor Buganvilla, para honor de quien la había descubierto.
El libro dio mucho que hablar, hasta el punto que Diderot escribió otro que tituló “Suplemento al viaje de Bougainville”, en el que aborda la confrontación entre dos modelos opuestos de vida social y de felicidad, la occidental y la tahitiana.
20 de mayo, sábado
Idiomas.-
Desde mi juventud quise aprender idiomas,
pero…todo mi tiempo disponible lo ocupó el latín, el griego, y un poco el francés.
No es poco, pero…
no puedo leer a Rilke en alemán, ni a Dickinson en inglés, ni a Camus en francés…
Resultó así, y así lo acepté.
Nunca traté de acceder a los idiomas que no aprendí,
por aquello de que nunca me pareció buena idea
intentar recuperar el baile que no bailé en su momento… ” por la simple razón de que, además de imposible, estaba en otro “presente” que me reclamaba ser vivido,
y yo siempre lo prefería…
Por eso, es verdad que tengo muchos deseos incumplidos. Los dejo que me acompañen.
No me pesan; no me dejan frustración; sigo deseando y, a la vez, trato de vivir el presente de cada día…
21 de mayo, domingo
Tres verbos en alemán.-
Cuando la realidad es inquietante y angustiosa, la tarea del hombre es medirse con ella:
- Aushalten: hacer frente, resistir, aguantar.
- Überstehen: sobre ponerse.
- Bestehen: superar.
Estos son los principales verbos que utiliza Rilke en la construcción del personaje de Malte Laurids Brigge:
además de reflexionar,
hay que hacer algo, algo material,
como hacía el cantero de la catedral medieval con su sabia labor de artesano, tan distinta a la humillante monotonía del trabajo común del ser humano que lo hace y vive como si de un accesorio de la maquina se tratara.
22 de mayo, lunes
La vida en las ciudades.-
Hay muchas imágenes terribles en las ciudades.
Hoy me detengo en la de este hombre que se ha abandonado sobre un banco (siempre son hombres, no niños, no mujeres). Pasa hoy y pasaba hace cien años.
Pero hoy…
nadie se queda mirando,
y, si mira, lo hace de soslayo para esquivar una dificultad,
mientras seguimos oyendo música,
o caminamos con la mirada perdida,
quizá hablando y gesticulando con alguien lejano e invisible…
pero huyendo.
Huyendo de cualquier riesgo por compartir el miedo del refugiado en el banco o en alguna entradilla urbana,
escapando de él
y engolfándose en uno mismo,
haciendo imposible ocupar emocionalmente el lugar del “refugiado” en el banco municipal y de entender el adentro de lo que sucede en la calle.
23 de mayo, martes
La política.-
En una pausa con uno de mi barrio me dice:
“solo me intereso por mis hijos, por el amor, por las artes”.
Me sorprendo, aunque no me resulte extraño;
no me puedo quedar indiferente;
se me agolpan mil preguntas,
incluso pienso que lo mejor sería dejar que las aguas corriesen: currant aquae…
Pero…le pregunto:
¿Y la política?
Observo que ese alguien se posiciona para responderme, como si pensara que quiero trifulca:
“La política me importa un pimiento”.
Me deja callado, sintiendo pena por los hijos, por el amor, por las artes.
Y por mí,
por nosotros los ciudadanos, pues bien pudiera ser que elegir a quienes nos gobiernan queda ya muy lejos del “gobierno del pueblo para el pueblo”.