Dietario Desde Mi Jardin

Dietario desde mi jardín - Alcornoque

1 de diciembre, viernes

Viaje a Sri Lanka.-

Tengo delante el libro que titulé “Viaje a Sri Lanka”, y que lleva en portada La torre del reloj en Galle Fort,

pero se trata de un viaje que nunca hice, de un vuelo de imaginación para viajar sin viajar, o una ficción literaria de una realidad en la que nunca estuve, pero de la que tengo recuerdos imborrables como el “Buddha de Aukana” (el objeto de la experiencia puede ser muy diverso),

esa estatua está en el campo,

a mil metros de la ciudad de Aukana,

una localidad diminuta,

por donde no pasa el tren, ni llega el autobús,

es el bosque, es la soledad,

en la vecindad de un lago cercano, el Kala Weva,

y de unos alrededores de gran belleza, entre las históricas ciudades de Dambulla y Anuradhapura.

Allí está el Buddha desde hace mil seiscientos años (para mí está allí desde hace siete): despierto, lúcido, de pie, tallado en roca de granito, en posición de bendecir, con llamas sobre su cabeza representando la iluminación total que alcanzó un humano llamado Gautama mil años antes en Benarés;

en este grandioso, sencillo, y solitario paisaje sigue siendo muy fácil soltarse de uno mismo…gracias a aquel viaje que nunca llegué a hacer, pero que sí hice de alguna misteriosa manera.

2 de diciembre, sábado

Ser lo que somos.-

Nunca somos completamente lo que somos,

ni llegaremos a serlo;

nunca el mundo será completamente nuestra casa,

ni mandaremos del todo en ella.

Podemos degradarnos o alzarnos, pero jamás alcanzamos a ser lo que somos, aunque nunca permanecemos igual, como le pasa al mundo desde que lo es, que no es un mundo estable, sino que lo ha acompañado la inquietud, la angustia, la violencia.

Llevamos mucho tiempo creyéndonos seres omnipotentes, cargados de posibilidades y con certezas de avances ilimitados, al amparo no solo de las armas, sino porque existe el arma de la razón, que, como toda arma, está ligada a la fuerza.

De ahí la diferencia tan grande entre dialogar y debatir, entre dialogar y negociar, entre la confrontación y la alianza, entre la fuerza y la distensión.

Desde la fuerza siempre hay uno gana y otro que pierde;

en el uso de la fuerza incluyo la fuerza de la razón,

pues, si bien la razón está igualmente repartida, para nada lo está la fuerza de la razón que está muy desigualmente repartida, pues tiene que ver con la educación, el estudio y el tiempo libre para ejercerla.

Otra manera de pensar el mundo es, pues, necesaria, más realista, más sistémica, más coherente con lo iguales que somos.

Otra manera de pensarnos, seguramente,

menos independientes, más dependientes y, en consecuencia, muy in-ter-de-pen-dien-tes.

El mundo ya no está para soberanías, ni nacionales ni individuales.

Del ideario de la Revolución francesa me quedo con “la fraternité”: el ideal que más acompaña (cum-panis),

en el sentido de compartir el mismo pan,

como de manera tan excelente la refleja la parábola del buen samaritano (Lucas 10, 25-37).

Vivimos entre “semejantes”, somos, también, “ellos”: individuos plurales, como gusta decir a Arendt. La condición humana es tal que las personas somos dependientes las unas de las otras. La solidaridad es la principal fuente de sentido.

Siempre nos queda como instrumental de trabajo la reflexión,

no un día de reflexión,

sino la reflexión como forma habitual de vivir, de estar con los otros;

con la cabeza;

desde “cabezas bien hechas”,

desde “cabezas menos llenas” de informaciones puntuales que tanto nos acechan en el día a día,

es decir,

ciudadanos con cabeza y no ciudadanos “descabezados”.

3 de diciembre, domingo

El correlimos.-

“Te adjunto una foto de mi paseo de esta mañana,

es de un pájaro sanderling,

estaba solo y no se asustaba con mi presencia, extraño porque suelen ir en grupo y son muy asustadizos.

Corren muy rápidamente con sus cortas patas por la orilla al vaivén de las olas y, en su retirada, picotean la arena burbujeante.

Los veo siempre en mis paseos por la playa, en cualquier época del año”.

No me canso de mirarlo.

quiero darle acogida en este blog,

acompañado de las palabras de mi amigo que vive en Oliva en una casa a cuatro pasos de las arenas mojadas y libres por donde se mueve el “correlimos” con paso resuelto y pleno,

y, además, para celebrar que un amigo vea normal enviarme esta imagen y esta expresión que para mí me sabe a alejarme por momentos del mundo sin ser visto por nadie y perderme en las invisibles alas de la Poesía.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.