Dietario Desde Mi Jardin

Dietario desde mi jardín - Abedules

Aún así….-

Es un placer acompañar-me en estas fiestas de Navidad y de Año Nuevo alrededor de este hermoso y feraz diálogo entre la ninfa Calipso y el astuto Odiseo en donde brillan, como estrellas inabarcables, las raíces humanistas de nuestra cultura, y, quizá, de la Ética.

Lo hago con emoción, como siempre que me acerco a este texto.

Seguro que lo conocéis.

Seguro que lo habéis leído en este mismo blog.

Qué importa: así es la plegaria, así es la música, así son las canciones y los cantos: repetición

Lo dice Homero,

En el canto Quinto de la Odisea;

la versión topográfica es de Pascual,

a partir de las traducciones de Carlos García Gual (para Alianza Editorial) y de José Manuel Pavón (para Editorial Gredos).

“Hijo de Laertes, de linaje divino, Odiseo, fecundo en ardides,

¿con que ya ahora, enseguida, quieres marcharte a tu hogar?

Marcha, pues, pese a todo, en buena hora.

Mas, si supieras cuánta tristeza te deparará el destino antes de regresar a tu tierra patria…,

te quedarías aquí,

conmigo,

inmortal para siempre,

por mucho que estés deseando ver de nuevo a la esposa en la que piensas todos los días.

Me jacto, desde luego, de que no soy inferior a ella, ni en figura ni en talle, porque de ningún modo es normal que las mortales rivalicen en figura ni belleza con las inmortales”.

Contestándole a ella le dijo el muy astuto Odiseo:

“Diosa soberana,

no lo lleves a mal,

que yo bien conozco cuán por debajo de ti la discreta Penélope queda a la vista en belleza y en noble estatura, y ella es mortal, y tú inmortal e inmune a la vejez.

Pero,

aun así,

quiero y anhelo todos los días llegar a mi casa y gozar de la luz del regreso.

Si alguno de los dioses me ataca de nuevo en la vinosa alta mar, lo sabré soportar,

sufridora es el alma que llevo en mi entraña: pues ya muy numerosos pesares pené y aguanté en medio de las olas y de la guerra: denle colmo esos otros ahora”

Me parece que no me equivoco si digo que el mundo, nuestro mundo, este mundo que amamos… necesita mucho el impulso ético del “AUN ASÍ” que reverbera en este texto sublime y que solo nosotros, los iguales, podemos aportar, pues nunca ganaremos en igualdad si no partimos de la igualdad que somos.

Lo necesita porque “el aire está lleno de gritos, mientras la costumbre nos ensordece”, Samuel Beckett, en Esperando a Godot.

Todo lo que aquí nos necesita, apunta Rilke en la Novena Elegía, nos concierne extrañamente, porque las cosas confían en que podamos salvarlas, confían en nosotros que somos los que más desvanecemos, y es esto lo que da sentido a nuestra existencia: seguir la íntima solicitud de cada persona cuando percibe el “AUN ASI” que le interpela.

Nada más, queridos lectores. Espero volveremos a encontrar el viernes, 12 de enero de 2024.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.