El peso de la Desigualdad entre las personas tiene mucho que ver con el peso de la Deuda.
Asombrosa palabra esta
“la d e u d a” :
porque sin ella no hay economía moderna posible…!!!qué fuerte!!!,
por su milenaria antigüedad,
por lo muy preocupados que ha tenido siempre a los seres humanos.
Recordaremos al evangelista Mateo 6,9-13, que implora a Dios así:
“perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Edición de Los Cuatro Evangelio por B.A.C., en versión directa del original griego por traducción de Nácar y Colunga),
y en versión de la Vulgata: “et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris”, que, como se ve, coincide con mucha exactitud con la traducción del griego que hacen los autores citados, donde se aprecia la clara y directa etimología de la deuda en español con el “debitum” latino.
En el plano político: países del Tercer Mundo que, de tanta deuda, ni siquiera pueden poner los pies en la línea de salida para la carrera del desarrollo,
la deuda asfixiante de países del sur de Europa que ha tirado por la borda los beneficios (limitados) del Estado del Bienestar:
ésa que siembra recortes,
ésa que ha creado millones de parados y precariados,
ésa que genera angustia y desesperación, pues las verdaderas necesidades resultan ya secundarias frente a la prioritaria de devolver lo prestado,
ésa, incluso, asociada a “culpabilidad” porque, dicen, que los países deudores lo son por haber vivido por encima de sus posibilidades.
La política debería ser el espacio para la solidaridad: eso es mutualizar la deuda,
qué menos para eso que llamamos Unión Europea.
Respuesta política,
es decir,
solidaria,
porque se trata de una estrategia de defensa colectiva, de “individualismo plural”: lo que es bueno para los deudores también lo es para los acreedores, y porque, cuando hay una crisis de deuda, tan responsable es el deudor como el acreedor;
mutualización, también, en el interior de cada país, a través, sobre todo, de un sistema fiscal justo y progresivo, pues, en conjunto, es mucho más lo que se tiene que lo que se debe, y porque la relación se establece entre quienes tienen dinero de sobra para vivir y lo prestan y entre quienes no tienen dinero para vivir y se endeudan.
Deuda mutua:
porque somos juntos,
porque somos individuos plurales,
porque la deuda de otros es deuda con nosotros mismos,
porque nos debemos cuidado y cordialidad, además de convicción,
para no resultar …
“Individuos fallidos”,
“Estados fallidos” incapaces de proteger a los ciudadanos de la violencia del no tener para vivir,
Unión Europea fallida ¡!para desgracia de todos sus países!!.
In-ter-de-pen-de-mos (perdón por los guiones, ¡me salen del alma!):
es que,
queridos lectores,
la interdependencia nos iguala más que nos iguala la concepción abstracta de que todos somos sujetos de derechos: es la defensa del espacio político de la intersubjetividad, la defensa apasionada…de lo público.
Sí, el peso de la desigualdad entre las personas tiene mucho que ver con el peso de la deuda y con una minoría de plutócratas y de economistas que defienden que la desigualdad es buena. Esa es la verdad profunda de nuestra deuda: que es la expresión de la radical falsedad de individualismo insolidario, necio y descordializado.